Por trece razones
Título original: Thirteen Reasons Why
Autor: Jay Asher
Saga: No. Autoconclusivo.
Sello/Editorial: VRYA/V&R Editoras
Páginas: 368
Sinopsis: No se puede detener el futuro.
No puedes rebobinar el pasado.
La única manera de conocer el secreto es presionando play.
Clay Hensen desearía no tener nada que ver con los casetes que grabó Hannah Baker. Porque
Hannah está muerta, y se debería haber llevado sus secretos con ella.
Pero si Clay recibió los casetes es porque, de alguna manera, él fue responsable de la muerte de la
joven. Y lo que ella grabó en esas cintas puede cambiar la vida de Clay y de todos sus compañeros para siempre...
"Y cuando le arruinas una parte de la vida a alguien, no le arruinas solo aquella parte. Desafortunadamente, no se puede ser tan preciso y selectivo. Cuando le arruinas una parte de su vida, le arruinas la vida entera.
Todo afecta a todo lo demás."
Hannah ~ Casete 5, Lado A.
Mi opinión:
Terminé este libro hoy mismo. Así que créanme cuando les digo que tuvo que llegarme en serio y haberse quedado en mí para que esté escribiendo esta reseña enseguida y publicándola ahora, jajaja.
Hacía mucho que quería leer "Por Trece Razones". Siempre se me aparecía en listas de libros que me gustarían, en páginas y blogs, en opiniones encontradas que me decían que lo amaban o que no les había gustado lo suficiente. La cuestión es que me alegré mucho cuando la gente de VRYA decidió comprar sus derechos y tenerlo entre sus primeros lanzamientos. A pesar de todo, e incluso ya con la historia empezada, no pensé jamás que me iba a cautivar de la manera que lo hizo.
De por sí, fue muy difícil puntuarlo. Lo hice basándome en las cosas que me gustaron y otras no tanto de la escritura del autor, pero no me siento capaz de juzgar para nada la historia de Hannah Baker en sí.
Simplemente, no podría decir (como lamentablemente leí que hicieron algunos): "oh sí, me parecieron suficientes sus razones para tomar esa decisión" o "¿Qué? ¿Por eso se suicidó?" porque me sentiría una maldita hipócrita. Según yo (y espero de corazón que muchos de los que lean esta reseña piensen igual), todo lo que podemos hacer es intentar comprender y poner en funcionamiento la empatía: ponernos en los zapatos de la protagonista y entender que ella estaba viviendo su propio infierno personal. Lo que no quiere decir para nada que avalemos (o no) lo que hizo.
No todos somos iguales; cada persona reacciona de maneras diferentes ante ciertas situaciones, teniendo en cuenta además su propio estado psíquico. El bullying no es cosa de risa por las fatalidades que puede llegar a provocar. No es "cosa de chicos". No es "una exageración, ¡superalo!" No es "¿por eso te pusiste así? Pss." Sumémosle cargadas, bromas de mal gusto, faltas de respeto, aislamiento y demás hostigamientos a una persona que no pasa un buen momento y lograremos que se sienta de la peor manera posible.
Por todo esto, espero que si tienen la oportunidad de ponerle los ojos encima a este libro, sean cautelosos al "juzgar" a Hannah; no traten de mirarla con sus propios ojos, bajándole o subiéndole el pulgar según lo que harían ustedes mismos. Y comprendan que la gran mayoría de los actos y decisiones que tomamos no nos afectan únicamente a nosotros mismos. Que podemos influir positiva o negativamente, aún sin quererlo, en las personas que nos rodean.
Algo que me conmovió mucho fue la decisión de Hannah de dejar esas cintas a las personas que ella creía que influyeron en su suicidio. O sea, ¡Dios! Es algo muy muy fuerte. Muchas de esas personas quizás le restaron importancia al contenido, mientras que otras cambiaron su modo de ser y ver la vida una vez que se vieron envueltos en semejante suceso. Fue un recurso interesante que eligió Jay, basándose en una visita a un museo guiado a través de grabaciones en cassettes.
Al comienzo, me hice un tremendo lío con los nombres, las situaciones y las líneas temporales. Creo que por eso le resté puntos: los primeros capítulos son medio un borrón del que recuerdo fragmentos y ciertos nombres a la deriva. Aquellos que de verdad me marcaron están en el último tercio del libro aproximadamente y comienzan con la cinta dedicada a Clay.
¡Por favor! No sé si alguna vez mi corazón y mi mente lectores van a olvidar lo que Hannah le explicó a ese chico introvertido a través del cual vamos conociendo los hechos mientras escucha las grabaciones. Lo que ocurrió con él y, sobre todo, lo que no ocurrió son capaces de estrujar el corazón de cualquiera. En especial, de cualquiera que no haya cerrado una historia por miedo, por no atreverse.
La desesperación empapa cada dicho de Hannah en estos capítulos finales, tanto así que dan ganas de irrumpir en plena historia para intentar frenarla, para cachetear a más de uno, a gritar "¡Decile algo!", "¡Hacé algo!", "¡Habla, contá todo!".
Cada personaje cumple su función y Clay fue la mejor elección que el autor pudo encontrar para que conozcamos la voz de Hannah. Lo sabrán por el final, pero de mientras créanme. Es único y divino. A mí me generó sentimientos encontrados por momentos, pero el resultado es positivo.
En cuanto a Hannah...me hizo sufrir horrores y desearía poder darle un abrazo. Decirle que no se rinda, que puede salir de todo eso, que hay personas que sí merecen su atención.
Tengo la suerte de haber leído muchos otros libros de V&R y me di cuenta que en otras ediciones cuando se tratan temas tan delicados, siempre hay carteles o notitas invitando a quienes les pasen cosas parecidas a los personajes del libro en cuestión, pidan ayuda. Pero en éste, no ocurrió eso y me hubiera gustado que esté, que se mencione por más obvio que sea.
La depresión no es un chiste. Es un estado patológico terrible, que debe ser tratado con toda la seriedad posible, sea que no llegues a la adolescencia, estés en la "flor de la vida" o pertenezcas en la tercera edad. Y las señales son casi siempre tan confusas, que no nos damos cuenta hasta que ya es tarde. Por eso si te sentís mal con vos mismo/a, si sentís que no podes enfrentar lo que te rodea, si te sentís solo, aislado, triste...no pienses que hay únicamente una opción. Pedí ayuda como sea, a varias personas, sean o no de confianza. Vos vales y mucho, aunque haya otros que no te hagan sentir querido o digno de atención. Hablá con alguien.
"Por trece razones" debería ser leído por todo el mundo. Para enseñar y recordar que todos influimos en todos y que está en nosotros cambiar para atrevernos a alcanzar lo que queremos, a confiar, a escuchar y ser escuchados, a dejar de buscar satisfacción en la ruina y la humillación del otro.
El trabajo del autor es impecable, por más que sea su primer libro y tenga por eso sus cositas, pero logra conmover, inquietarnos y devastarnos al mismo tiempo. Y, en particular, hacernos reflexionar sobre quiénes somos y a quiénes tenemos al lado.
Reacción al libro:
¡Muchísimas gracias a V&R por el ejemplar!
...Real or not real Books...
¡Hola! Pues no sabia que ya por fin habían publicado el libro en español, ¡me alegra! Por fin puedo leerlo, y espero disfrutarlo tanto como tú. Me encantó tu reseña ♥
ResponderEliminarAy, solo recordarlo me trae un montón de sentimientos.
ResponderEliminarPrimero que todo, lo que dices es totalmente acertado: hay que leer el libro con una mente muy, muy abierta, sin estar dispuestos a juzgar a los personajes porque sí. Yo por mi parte atravesé el viaje con Hannah, y créeme si te digo que viví todo con ella. Es increíble eso que logra el autor, porque yo muchas veces sí he pensado que algo muy simple para otras personas para nosotros (para mí) significa un montón.
Tardé bastante leyéndolo, porque a veces no podía leer una página más, tenía que parar y asimilar todo lo que "escuchaba" en las cintas. Es uno de los mejores libros que he leído este año, así que me alegra muchísimo que te haya gustado también :D.
Creo que puedo decir que es el mejor libro del 2016 junto con Naomi & Ely's No Kiss List y Aristoteles y Dante ♥
ResponderEliminarEs un libro MUY fuerte y como decís, todos deberían leerlo.